Historia del Comité de Ética en Investigación

En el año 2001 se formó el Centro de Investigación y Extensión de la División Ciencias de la Salud, del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. La función de este centro era promover la investigación y la extensión universitaria de la Escuela de Medicina. Como parte fundamental de este trabajo se iniciaron las gestiones para desarrollar los comités de ética y de investigación, siguiendo la normativa nacional e internacional que existía para la conformación de este tipo de comités.

En el mes de septiembre del 2003 ambos Comités se dieron de alta ante la Secretaría de Salud de Nuevo León el Comité de Ética y el Comité de Investigación de la Escuela de Medicina “Ignacio A. Santos” del Tecnológico de Monterrey; de modo simultáneo se dieron de alta los mismos Comités para la Fundación Santos y de la Garza Evia IBP (que administraba el Hospital San José de Monterrey, hospital escuela). Aunque se realizaba poca actividad de investigación clínica en ese entonces tanto en la Escuela de Medicina como en el Hospital San José, se preveía que esta actividad iría en aumento. En ese entonces se tenían dados de alta aproximadamente doce protocolos que habían sido sometidos a evaluación por los comités en los últimos tres años. En ese tiempo se dio un impulso fuerte, desde el Consejo del Tecnológico de Monterrey A.C., para el desarrollo y crecimiento de la Escuela de Medicina, se construyó el nuevo edificio CITES (Centro de Innovación y Transferencia en Salud) que albergaría las diferentes carreras de Ciencias de la Salud (Medicina, Enfermería, Ing. Biomédica, Nutrición y Bienestar Integral, Odontología, Psicología de la Salud) y a los grupos de investigación, que fueron conformados y denominados Cátedras de Investigación.

A partir de estos acontecimientos, comenzó lo que podría llamarse en proceso de aprendizaje institucional para formar y alinear los procesos de investigación clínica a la rectoría y consejo de los Comités de Ética e Investigación. Se puso énfasis a la capacitación de los miembros de los comités, de la comunidad académica y asistencial, y se dio a la tarea de hacer del conocimiento de todos los miembros de la comunidad académica sobre la existencia de los comités, la obligatoriedad de someter los protocolos de investigaciones clínicas a los mismos, y los requisitos normativos que debían cumplir los protocolos de investigación para ser sometidos para su revisión por los Comités. Este proceso de aprendizaje institucional ha avanzado en muy buena medida, y ha sido reforzado por el titular de la Rectoría del Tec Salud (figura organizacional que aglutina todos los programas académicos y asistenciales en Salud del Tecnológico de Monterrey).

El esfuerzo que el Tecnológico de Monterrey ha hecho por estimular a todos los profesores hacia la investigación + innovación científica en diferentes ámbitos se ha concretado: en el Tec Salud, en la realización de tesis de residentes (hasta 80 por año) de diferentes especialidades médicas, desarrollo de ensayos clínicos originales y participación en ensayos clínicos multi-céntricos patrocinados por la Industria Farmacéutica. Este impulso ha promovido el desarrollo y madurez de los comités de ética e investigación y en la capacitación de sus miembros para estar a la altura del reto que significa este incremento de actividad en investigación.

En este año 2016 estamos enfrentando el reto de crecer en calidad de procesos, capacitación de los miembros, plataforma tecnológica y capacidad de revisión de documentos para poder apoyar mejor el desarrollo de la investigación clínica en nuestra institución y en el país.